Una de quesos franceses
El viernes por la noche estuve en la celebración del cumpleaños de Yolanda Flores y una de sus amigas Cachou Morote (francesa) llevó una bandeja de quesos espectacular. Antes de empezar a probarlos, nos hizo una pequeña reseña de lo que íbamos a comer y claro no podía dejar pasar la oportunidad de volcarlo en Gastronews.
Empezó hablando del Comté un queso de vaca que se produce en granjas muy respetuosas con el medioambiente. Añadió que para producir una sola rueda hacían falta 450 litros de leche. Prosiguió hablando del Sant Nectarine con un peculiar sabor a avellana, es un queso de vaca que se produce en sólo 72 municipios de Puy –de-Domê y de Cantal.
El Sainte-Maure de Touraine uno de los más especiales para mí, es un queso de cabra que se realiza en la zona central de Francia y se reconoce por una paja que lo atraviesa en su interior y en el exterior está recubierto de cenizas (es un antiguo método que hace que se conserve mejor). El Chevrot también de cabra, tenía un sabor fuerte y la corteza comestible, de color naranja- marrón fue uno de mis favoritos. Continuamos con Pont- l´évêque, que significa en francés “puente del obispo” y es el nombre de un municipio de la baja Normandía. Es un queso de vaca, áspero e ideal para aperitivo.
Típico queso de la zona centro es el Crottin de Chavignol , un queso de vaca que aunque su nombre no es muy “tentador” significa (excremento de caballo) es delicioso. Contiene un 45% de materia grasa; se presenta en formato pequeño y tiene tres variedades, según su maduración: fresco, semi-seco y seco.
Cachou Morate, prosiguió con el Fedou un redondo de oveja, perfecto para el vino blanco. Su producción es muy exclusiva y una de sus peculiaridades es que se moldea manualmente.
Cochou nos contó una historia sobre el Reblochon que nos encantó a todos. Literalmente significa «agarrar la ubre de la vaca una segunda vez». Y es que la tradición cuenta que los agricultores hacían una primera tanda de ordeño para el propietario de las vacas (en general las Abadías) y una segunda trata, una vez caída la noche. Los campesinos evitaban así pagar un impuesto demasiado pesado, basado en la cantidad de leche producida. Y de esta segunda mano salía este Reblochon suave y de corteza limpia.
El Brillant Savarm Truffé lleva el nombre de un jurista muy famoso que desempeñó tareas importantes después de la revolución. Jean Anthelme Brillat-Savarin y autor , también, del primer tratado gastronómico (Fisiología del Gusto, 1825). El Brillant es un queso de vaca de leche pasteurizada y enriquecido con crema, lo que le convierte en un queso de triple cremosidad, muy recomendable, también. Y por último el queso, Mothais sur Feuillet, elaborado con leche fresca de cabra , cruda y entera.
En definitiva, pasamos una gran noche degustando nuevos sabores franceses y descubriendo nuevas historias que aunque no son del Mediterráneo, pertenecen a la cultura universal que es la gastronomía, un bien de todos.