Marbella Wine
AJ Linn
¿Qué haríamos sin nuestros queridos políticos? Con la euforia de haber cogido el bastón de mando de Marbella, el nuevo alcalde ha mostrado que no le escapa ni un detalle en promoción de la Ciudad. Es admirable, por ejemplo, su visión del futuro sobre el negocio del vino. ¿No existe producción de vino en Marbella? Bueno, algún día habrá, como la hubo hasta 1976, según el alcalde, cuando los viñedos fueron arrancados para construir urbanizaciones. ‘Hay un peso histórico para reclamar de nuevo nuestra inclusión en la Denominación de Origen de Vinos de Málaga’ dicho. Documentos depositados en el Archivo Histórico Provincial ‘evidencian que el municipio fue uno de los de mayor producción de vides en el siglo XIX’.
No busca votos, porque la iniciativa no implica a nadie – ni lo implicará durante su mandato, ni durante el mandato siguiente tampoco, esté quien esté al mando. Pero ya están en marcha los trámites burocráticos, que tardarán ‘el mínimo posible’. Hay un problema. Reclamar la inclusión de Marbella en la DO de Málaga exige que produzca vino, o en la historia de España será la primera vez que una zona de futura producción haya adelantado las gestiones tan anticipadamente. La normativa vigente deja claro que para que un vino obtenga la clasificación DO debe ‘gozar de elevado prestigio por su origen en el mercado’, y ‘(…) tienen que haber transcurrido al menos cinco años desde que se reconoció el vino como producto de dicha zona.’
Es decir, previo al tramite definitivo, es ineludible producir vino, y sabemos que desde la plantación de las vides hasta la comercialización de la primera botella se tardan 4 o 5 años. Luego tienen que pasar cinco años de producción hasta poder solicitar la certificación. Para cuando eso ocurra, o los políticos actuales estarán jubilados, o el cambio climático habrían puesto fin a la producción de vino en el sur de España, o el imparable lobby anti alcohol por motivos religiosos o de salud habrá acabado con la costumbre de beber vino.
