
NOTORIEDAD DESMEDIDA
Mientras que el periódico que semanalmente publica mi columna estoica y erróneamente insiste en referir a los chefs de restaurantes que ostentan estrellas Michelin como ‘chefs Michelin’, cuando no existe tal cosa (sólo hay restaurantes Michelin), la pequeña guía roja sigue como líder incuestionable en media hype. Esta frase inglesa significa engrosar algo desproporcionalmente, en este caso la exagerada reacción internacional a una noticia trivial, la renuncia del cocinero Sebastien Bras a las estrellas de su pequeño restaurante francés, destacada en medios de tanta envergadura como la BBC, Fox News, New York Times, The Guardian, Newsweek, etc.
¿Cuántas personas usan la Guía para elegir a dónde comer? ¿Un 0,0000000001% de la población mundial? Es impresionante como se valora por encima de su peso, aprovechando cualquier noticia baladí para la autopromoción.
La propia respuesta de la Guía a Bras ha sido meditada para lograr el máximo impacto mediático. Su portavoz comenta (textualmente) que ‘es la primera vez que un chef relevante en el panorama gastronómico …. ha hecho conscientes a los que trabajan en la guía de su deseo de no aparecer en ella,’ (pura ficción, ha habido varios antes, como yo he reflejado en esta columna) ‘por lo que considerarán su solicitud….’. A la vez se deja claro que la Guía no es para los restauradores, sino para los clientes y amantes del buen comer. Este último es perfectamente razonable.
¿Y si la Michelin no acepta la solicitud de Bras? Entonces el chef dispondría de una opción dramática pero garantizada: cerrar el restaurante y luego reinaugurarlo en otro nombre, con una carta nueva y precios asequibles, a la vez advirtiendo en los medios y en su pagina web el motivo de la nueva política. Ah, y colocar un cartel en la puerta: ‘Se reserva el derecho de admisión a los inspectores de la Guía Michelin’. Los medios harán el resto.