Villa Fornari, el sabor y la magia de Le Marche
Nunca se acaba de aprender sobre gastronomía y más si tienes familia en otro país, como es mi caso. Mi marido es italiano, exactamente es marchigiano, del centro norte de Italia, de un pueblo maravilloso llamado Matelica. No es una zona muy conocida de Italia, sin embargo tiene mucho encanto y una gran gastronomía. Nosotros vamos muy a menudo, sus padres siguen viviendo en el pueblo, y para mí es siempre una fuente de inspiración.
Esta última vez, el primo de mi marido Giancarlo y su mujer Silvana nos han llevado a un restaurante increíble a pocos kilómetros del pueblo llamado Villa Fornari en Camerino, este hotel restaurante es paso obligado si estás por esta zona, ya que puedes dormir y cenar de maravilla y tendrás una visión completa de la gastronomía más tradicional de esta zona.
El restaurante Villa Fornari es bastante acogedor, amplio y luminoso. Fuimos para cenar y es mejor que reservas porque aunque era un día entre semana había bastante gente. El servicio muy amable y profesional, nos aconsejó sobre la carta y las sugerencias, yo lo tenía claro, en Villa Fornari se hace una cocina muy de la región y a mí me encanta, por lo que pedí platos muy tradicionales de “Las Marcas”.
De primero me decanté por un queso Tomino templado al horno con jamón de Norcia con nueces y pera que estaba delicioso.
De segundo ordené uno de mis platos favoritos «conejo en porchetta«con tomates al horno. En realidad, es una forma muy de esta tierra de cocinar la carne y se suele hacer con el cerdo. Normalmente, se le quita los huesos, y se rellena de diferentes hierbas como pueden ser hinojo, romero, hierbas salvajes y un poco de ajo; el ministro de agricultura italiano lo ha denominado como Prodotto agroalimentare tradizionale y no es para menos, esta cocción lenta le da un sabor espectacular y el relleno de hierbas un gusto inigualable.
Silvana pidió unos medallones de filete de cerdo al pistacho en crosta de speck servido con patatas, buenísimo también. El sabor de lo pistachos en la carne era muy sabroso y dulce y uno de los platos que más me llamó la atención fue una sugerencia de la casa, los tagliatelle con reducción de Varnelli, una verdadera delicia. Para los italianos de la zona de Las Marcas, el Varnelli es una tradición que se bebe después de la comida, con el café y recuerda a nuestro orujo. En realidad, es un mistrá una bebida que se obtiene del alcohol de grano destilado de anís y azúcar . No hay comida de Le Marche que no se acabe con una botella de este licor sobre la mesa.
Terminamos la cena con varios postres a compartir, pero para mí el mejor fue el tiramisú hecho al momento con «Savoiardo» el tipo de galleta con el que se hace este postre, bañado en café y con crema de Mascarpone. Y la pasta «frolla» con crema pastelera y fresas fue otro acierto ya que los postres eran caseros, como toda la comida, pero recién hechos y eso se notaba en el sabor y la textura.
Por eso, si estaís en esta zona, no podéis perderos la tradicional cocina de Le Marche, llena de sabor e historia, del trabajo de sus gentes en las tierras ricas de campos llenos de vida. Su comida es maravillosa y sus vinos también, de la tierra es el Verdichio de Matelica, toda una delicia blanca con cuerpo y carácter como su gente que debes probar si quieres entender el caracter local. ¡Ya me contarás!