Hueburguer o cuando las cosas no salen bien
No siempre las cosas suceden como queremos (a veces es una bendición) pero otras después del esfuerzo y la preparación nuestras expectativas se estrellan contra la sartén como le ha pasado al huevo de este plato.
Sé que últimamente hay una corriente positivista y que está de moda el “no pasa nada” “inténtalo de nuevo” “da igual si te equivocas” “siempre con una sonrisa” pues bien estoy harta.
Cuando me equivoco, me frustro, … me sienta mal y antes de volver a intentarlo estoy jodida y juro en arameo. Sólo después, de pasar por mi jardín de la ira, lo volveré a intentar, pero sólo después y quizás tal vez… sonría.
Hoy hablo de gastronomía, desde otro punto de vista, del de la vida de un huevo que debía encajar en el agujero de una hamburguesa para que se convirtiera en una Huevoburguer.
Aplicable a más estratos de la vida o a modo de moraleja: si eres un huevo eres un huevo, no hay más… ni menos.
Dejo la foto a modo de prueba de esta “no receta” que antes de acabar de redactarla se ha convertido en una de mis favoritas.